El Instituto fue fundado el 30 de mayo de 1894 en Viareggio, Lucca-Italia, por la beata Clelia Merloni. La Congregación, presente en 15 países, vive la contemplación del Corazón de Cristo, fuente de amor. Las Apóstoles son enviados a evangelizar con la palabra y la vida, revelando el amor misericordioso de Dios.
A partir del 4 de julio de 2022, el gobierno de la obra y otras monjas elegidas participarán en el XVIII Capítulo General. Vatican News habló de este momento con la madre Miriam Cunha Sobrinha, brasileña, desde 2016 Superiora General de la Congregación.
Sobre las expectativas para este momento el superior nos dice: "Nuestro Capítulo General se celebra cada seis años, y las expectativas de las Apóstoles son muchas, porque es el momento de revisar el camino que ha hecho la Congregación. Es un acontecimiento congregacional y eclesial de revitalización y de gran importancia porque trae consigo la esperanza de renovar la vida consagrada y su misión en el mundo.
En el Capítulo revisamos nuestros orígenes carismáticos y deseamos volver a escuchar el corazón de nuestra Fundadora, la Beata Clelia Merloni. El tema de nuestro Capítulo es: "Amar con el Corazón de Jesús y ver con los ojos de Clelia".
Es un buen reto para todos nosotros, porque este Capítulo que comienza el 4 de julio y termina el 30 de julio de 2022, se ocupará de la actualización de las reglas, es decir, de las Constituciones. El deseo es actualizar el Carisma desde su lenguaje y concretarlo en la actualidad de la Iglesia para responder con mayor generosidad y profecía a las llamadas de la humanidad.
El acto de reparación es actual en nuestros días, porque la necesidad de rescatar la dignidad humana y de ayudar a la persona a hacer un camino de conversión desde los valores del Evangelio es siempre actual. El Corazón de Jesús, fuente de Amor, misericordia, compasión y ternura es la respuesta a la inquietud del corazón humano.
Al hablar del punto culminante del Capítulo y de su importancia, la Madre Miriam nos dijo: "Yo diría que el punto culminante será la comunión y el compartir entre nosotros a pesar de las grandes diferencias de mentalidad y cultura que nos caracterizan como Instituto internacional. Cada Apóstol del Capítulo lleva en su corazón sueños y deseos propios de su cultura. La voluntad de Dios se manifiesta en la comunión de los miembros a pesar de las diferencias. Todos estamos llamados a mirar la realidad actual del Instituto y a proyectar un nuevo camino para el próximo período, 2022-2028.
Un Capítulo en sí mismo tiene su alto grado de importancia, pero este Capítulo requiere de nosotros una mayor apertura de corazón para construir juntos nuestra "Identidad Institucional" y manifestar brevemente los valores que constituyen nuestro Carisma, nuestra Visión como "Apóstoles del Amor de Cristo" y nuestra Misión en el mundo como continuidad de la misión de Clelia.
Otro punto fuerte será la acogida en el Instituto y el reconocimiento canónico de la GFASC (Gran Familia del Sagrado Corazón) como asociación de laicos vinculada al Instituto de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús a través de la vivencia de la espiritualidad del Corazón de Jesús y del carisma de la Madre Clelia. Será una gran alegría para las Apóstoles y las familias repartidas por los países donde está presente el Instituto. Contar con un grupo de laicos que vivan nuestra espiritualidad y nuestro carisma que confirme la fecundidad y la actualidad del carisma que Clelia recibió del Espíritu Santo".
Con motivo del Capítulo, el Santo Padre envió un mensaje a la Congregación. Según el superior, "el Papa Francisco nos anima diciendo que: "estamos especializados en confiar a Dios las heridas y las espinas de la humanidad y de la Iglesia", añadiendo: "las heridas más dolorosas pueden ser curadas si se sumergen en el pozo de infinita Misericordia que es el Corazón de Jesús".
Las palabras del Santo Padre nos animan a reflexionar sobre cómo vivimos la dimensión de la reparación que es propia de la espiritualidad del Corazón de Jesús y de nuestro carisma, y que Madre Clelia vivió profundamente en su vida de Apóstol. A partir de esta reflexión hay que dar un paso más "confiando sin reservas en el Corazón de Jesús" como nos enseñó el Beato".
Reflexionando sobre las enseñanzas del pontificado del Papa Francisco, especialmente para las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, dijo: "El magisterio del Papa Francisco es un regalo para la Iglesia y muy importante para nosotras las Apóstoles, porque nos hace entrar profundamente en la dimensión de la reparación.
Y, por último, la Bula del Jubileo de la Misericordia, que nos ha hecho reflexionar sobre la misericordia del Corazón de Cristo, porque, como Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, nos enseña que "la misericordia es la forma que Dios ha elegido para manifestar su omnipotencia" (cf. n. 6).
La fundadora de la Congregación, la beata Clélia Merloni, está en proceso de canonización. El día de su beatificación, el Papa Francisco se refirió a la Madre Clelia como alguien que transmitió al mundo un "luminoso testimonio del Evangelio".
Sobre el proceso de canonización y el gran legado del Beato, la Madre General explicó:
"El proceso de canonización está en un buen momento. En el mes de septiembre el tribunal ordinario del Vicariato de Roma establecerá la disposición de los testimonios sobre un supuesto milagro ocurrido en Italia por intercesión de la beata Clelia Merloni.
Después de que los testigos del supuesto milagro hayan sido escuchados por el Tribunal Ordinario del Vicariato de Roma, el material será enviado a la Causa de los Santos, donde será analizado por tres equipos: expertos médicos, teólogos y cardenales. Si en las tres sesiones el supuesto milagro es reconocido como tal, el Papa Francisco firmará el Decreto de canonización de la Beata Clelia Merloni, ¡para alabanza y gloria del Corazón de Jesús, único objetivo de su vida!
Creo que el mensaje de la Madre Clelia a la sociedad moderna es precisamente el perdón, porque cada vez es más difícil perdonar. Para la Madre Clelia el perdón implica humildad y sin humildad es muy difícil entender la dinámica de dar y recibir el perdón. Es necesario revestirse de la humildad del Corazón de Jesús y perdonar siempre, este es un valor profundamente evangélico.
Una virtud importante utilizada por la Madre Clelia que me gustaría destacar es la de la "ternura". En las reglas manuscritas la Madre Clelia pide a las Apóstoles que proclamen la ternura del Corazón de Jesús, en otra página nos dice que llevemos a todos un rayo de la ternura del Corazón de Jesús.
El Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium habla once veces de la ternura y nos invita a realizar una "revolución de la ternura" y en la Bula Misericordiae Vultus, 21, utiliza la expresión "la ternura del perdón". En la Carta Encíclica Fratelli tutti, el Papa Francisco, con el número 194, da una definición de la ternura: "¿En qué consiste la ternura? En el amor, que se vuelve cercano y concreto. Es un movimiento que brota del corazón y llega a los ojos, a los oídos y a las manos... La ternura es el camino que recorren los hombres y mujeres más valientes y fuertes".
De hecho, el perdón y la ternura son formas de amor y el amor no envejece, siempre es actual".
Marilia de Paula Siqueira - Ciudad del Vaticano
Fuente: vaticannews.va
